Dejad que se vea que Jesús mora en el corazón, que sustenta, fortalece y reconforta. Tenéis el privilegio de recibir cada día una abundante medida de su Espíritu Santo, y de tener una visión más amplia de la importancia y el alcance del mensaje que estamos proclamando al mundo. El Señor está dispuesto a revelaros cosas maravillosas de su ley. Esperad delante de él con humildad de corazón. Orad fervorosamente pidiendo una comprensión de los tiempos en que vivimos, solicitando una concepción más plena de sus propósitos y rogando por una mayor eficacia en la tarea de salvar a las almas... { DNC 354.3; OFC.324.3 }